Mi afición a manejar las agujas surgió siendo muy pequeña. Me gustaba imitar a mi madre que frecuentemente estaba entretenida realizando una labor de punto. Ella me enseñó a tejer y dirigió mis primeras ejecuciones.
Con el tiempo, me he especializado en prendas para el recién nacido. He tejido para mis hijas y nietas así como para hijos y nietos de otros familiares y amigos. Cuando en estos entornos “va a llegar la cigüeña” ya saben que con ella también llegará de mi parte un regalito tejido a mano para el futuro bebé.
Vivo en Madrid y he constatado la dificultad para encontrar prendas realizadas a mano, incluso en las tiendas más exclusivas de ropa para niños. La causa puede radicar en la escasez de tejedoras así como en el elevado precio de estos productos que no pueden competir con los fabricados a máquina mucho más baratos y que, a su vez, son “amigos” de la lavadora y pueden prescindir de la plancha.
Ahora por diversas circunstancias dispongo de tiempo para realizar aquello que me gusta, entretiene y relaja como “hacer punto” y por eso me he animado a ofreceros mis trabajos a precios asequibles y me dirijo, fundamentalmente, a quienes valoran el detalle, la singularidad y la calidad en los conjuntos del bebé tejidos a mano.